Los colores, además de fungir como factor determinante para la elección de un producto por parte del consumidor, también son asociados a sabores específicos. Por ejemplo, los colores rojos a menudo se refieren a sabor fresa, mientras que los amarillos pueden ser sabores más tropicales como mango, piña, plátano, etc. Los niños no son una excepción, son particularmente el mercado que se siente mayormente atraído por los colores brillantes y llamativos de un producto; industrias como la de confitería y bebidas (no alcohólicas) están principalmente enfocadas al mercado de los niños.

Retomando el estudio de Southampton, el cual señaló la correlación entre la utilización de los colores artificiales amarillo ocaso (E110), tartrazina (E102), carmoisina (E122), rojo poceau 4R (E124), amarillo quinoleína (E104)  y rojo allura (E129) y la hiperactividad en niños. Esto ocasionó que se hiciera una modificación a la legislación europea respecto del uso de estos colorantes, misma que se ha ido permeando en todas las demás regiones para todas las industrias.

Según datos de Euromonitor International, Europa Occidental representa la región con mayor porcentaje de utilización de colores naturales en la industria de confitería.

Hablando específicamente de productos de la industria de confitería, son principalmente las pastillas, gomitas, chicles y dulces los que se basan en colores brillantes para atraer a los consumidores. Entre 2014 y 2019, se espera que esta categoría crezca en más de 220.000 toneladas, lo cual represente, claramente, una oportunidad de mercado para las empresas en soluciones naturales.